EL
CAMBIO DE PLANETA DE PEDRO
Cantautor
de “Mi auto era una rana”, “Bailar”, “Cuentame” son el cual fue nominado para
el Premio Radio Can como mejor canción del año en el 2010, no se deja derrotar
por los últimos sucesos de su vida, una terrible enfermedad como lo es la
disartria, mal que padece el cantante y la cual lo ha alejado de los escenarios
para convertirlo en uno de los más interesantes columnistas.
Pedro Martín José María
Suárez-Vértiz Alva pasó de ser el joven chalaco con sueños de artista para
realizarse, convirtiéndose en cantante, compositor y productor. Él alcanzó la
fama, la cual mantiene pese a su pequeño retiro de los conciertos y vivencias
musicales a causa de un desorden nervioso muscular.
Para él no ha sido nada
fácil dejar los escenarios, le costó mucho ya que su vida personal y laboral
giraba en torno a la música, a la fama, a las letras, a los sentimientos, a la
emoción que se siente al saber que cada una de sus canciones eran dedicadas a
un público que lo ama, lo sigue en su trayectoria, que goza con él los
triunfos.
Pero sin duda alguna, su
familia desempeñó un rol muy importante porque lo ayudó a ver que la vida sigue
y que si decides cambiar algo lo puedes hacer, solo necesitas fuerza de
voluntad, amor de tus seres queridos, y el objetivo que deseas lograr, es
decir, que todo lo malo quede atrás.
Pedro irradia siempre un
estilo artístico desde su forma de sentarse hasta en las composiciones de sus
canciones, el secreto para mantener tal estilo es la felicidad, el sentirse feliz
para él lo es todo; como lo afirma “Lo más importante es vivir rodeado de
amor”, su forma particular de ser lo hace posible, hoy entiende cómo pudo con
roles de rockero, esposo y padre de familia y todos a la vez, pues el artista
siempre encuentra la melodía perfecta para cantársela a la vida.
Hoy el despistado, el de
cabellera alborotada, el capo en las composiciones, el gran talento en voz, el
mensajero en sus canciones; es un amante de su esposa, amigo de sus hijos,
facebookero, twittero, amigo de sus fans, vocero del medio ambiente, gran
hermano, buen amigo, columnista de reflexión sabatinos en la revista Somos,
embajador de Unicef; hoy es feliz con otro estilo, a través de otra melodía,
pero con el mismo pensamiento de siempre “la “felicidad es indescriptible,
porque tú escoges si existe o no”. Él no ha cambiado, él sigue siendo el mismo
pero ahora con muchas más ganas de vivir que antes, con diferentes razones de
vivir tanto para su familia, amigos y fans a los que se debe.
Un artista siempre tiene la
necesidad de comunicarse, el músico lo realiza por medio de sus canciones, pero
¿qué sucede cuando su manera de transmitir sus sentimientos y emociones es su
voz, su boca, y estas se paralizan? Pues se busca la manera para lograrlo.
Pedro encontró un método por el cual puede reflejar lo que siente y piensa, la
escritura.
Como todo amante de su
familia trata de fotografiar cada momento, al lado de las personitas que lo
hacen sentir feliz, su familia, de la manera más original que va con su estilo,
mediante la inmortalización de la palabra. Este no es solo un método que adopta
desde ahora sino desde mucho antes ya que por medio de las redes sociales Pedro
lo transmite y comparte con su público, es decir, momentos pasados pero que él
aún recuerda.
El músico siente la
necesidad de ser escuchado, Pedrito para no perder la costumbre comenzó a
comunicarse con su gente mediante las redes sociales, publicando sus
reflexiones diarias, anécdotas de un músico, vivencias, recuerdos inolvidables, y lo feliz que se siente de tener tres hijos
y una maravillosa esposa. El rockero chalaco nos evidencia que cuando un
artista es completo logra llegar a sus fans mediante cualquier canal de
comunicación, los amantes del rockero original quieren oírlo, y al no poder
momentáneamente quieren leerlo, de una u otra forma en cantante está más cerca
de nosotros, sus fans.
Pedro Suarez-Vértiz gracias
a una maniobra de Dios hecha en su vida, hoy puede compartir más tiempo con su
familia; hoy tiene un pequeño descanso de los escenarios, que no es lo suyo,
pero lo aprovecha cada segundo como si fuera el último. Podemos decir que es
una gran lección de vida, ya que a pesar de todo lo que su enfermedad implica y
afecta, él no da marcha atrás; al contrario Pedro sigue adelante, con su familia
que nunca lo abandona.
A veces la rutina nos cansa
y debilita haciéndonos perder pequeños detalles, momentos en los cuales nos
damos cuenta de su importancia cuando ya no existen; la mayoría de personas
envidia la vida de un músico, pues piensan que el viajar y cantar jamás podrán
llegar a embargar nuestras vidas como una rutina. Un músico por la misma
consistencia de su trabajo debe sacrificar muchos momentos especiales de su
vida, específicamente los espacios con su familia; mientras Pedro ahora tiene
la gran satisfacción y privilegio de hacerlo y vivir cada momento como el
último.
Gonzáles
Chavez, Aissa
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